Amor: Acabo de hablar a la casa y mamá me dijo que ya te habías dormido. Estoy en medio de una gira en Sudamérica y siento que me asfixio. Mi familia me hace falta como el aire que respiro. Mamá me dijo que te veía triste; le comentaste que no podías disfrutar ninguna actividad porque estabas contando los días para volver a verme; que me extrañabas muchísimo. Yo también te extraño, preciosa, pero procuro que la lejanía no me amargue el momento. ¿Sabes? Eres mi estrella. Cuando te vi por primera vez, te hice una promesa: ser feliz y luchar por hacerte feliz. Así que no importa lo que pase, quiero que recuerdes las máximas prioridades que tenemos en la vida. Son dos: ESTAR CONTENTOS SIEMPRE. APRENDER COSAS NUEVAS CADA DÍA. Eso es la felicidad. ¿Y si tienes problemas? No importa. Sigue la misma vía: podrás estar contenta, aunque te vaya mal, pues es cuando más aprenderás (y el aprender lleva implícito un gozo enorme). Aun estando lejos, ambos buscaremos cada día aprender algo y estar contentos. Voy a repetírtelo: ¡hoy, en este momento, en este minuto, en cada presente que vivimos aprende y decide estar alegre! Si algo te sale mal, aprende; que el aprender justifique el mal momento y mantente contenta. Si no ganaste una competencia, aprende y que el aprender te dé alegría… Si estás sola, disfruta la soledad y reflexiona. Cada noche, antes de dormir haz un repaso del día; busca en qué progresaste (QUÉ APRENDISTE) y qué motivos tienes para ESTAR CONTENTA. Si encuentras esas dos cosas, tu día valió la pena. Hija, hoy quiero darle formalidad a nuestro pacto de felicidad: AUN SI YO MURIERA O TÚ MURIERAS, EL QUE QUEDE VIVO SE ADAPTARÁ A LAS NUEVAS CIRCUNSTANCIAS, Y VOLVERÁ RÁPIDAMENTE A SU ENFOQUE DE APRENDER ALGO CADA DÍA Y ESTAR SIEMPRE CONTENTO, ¿de acuerdo? Durante este viaje he leído y releído la carta que pusiste en mi equipaje. Me ha hecho sonreír y sentirme el hombre más feliz del mundo. Me recomiendas en ella que la lleve conmigo siempre para que no me sienta triste. Y eso he hecho. ¡Ha funcionado! Si alguna vez te va mal, lee esta carta también, y recuerda que TENEMOS UN PACTO DE FELICIDAD POR SIEMPRE.